Tras el poderoso terremoto que sacudió la región de Kamchatka, Rusia, el volcán Krasheninnikov entró en erupción por primera vez desde el siglo XV. La columna de cenizas alcanzó los 6 kilómetros de altura, provocando alertas aeronáuticas por riesgo de afectación en rutas comerciales hacia Asia y América del Norte. Aunque el fenómeno no ha causado víctimas ni daños a estructuras habitadas, las autoridades mantienen vigilancia activa ante la posibilidad de nuevas explosiones.
Este evento se suma a una serie de movimientos sísmicos recientes que mantienen bajo análisis la actividad tectónica en el Cinturón de Fuego del Pacífico.