El gobierno federal aprobó el despliegue de 200 miembros de la Guardia Nacional de Oregon para proteger instalaciones de inmigración y edificios gubernamentales, según un memorando del Pentágono revelado este domingo. La decisión, atribuida a órdenes directas del presidente Donald Trump, se da en medio de fuertes protestas y genera un choque abierto con las autoridades locales.
La gobernadora Tina Kotek criticó duramente la acción tras hablar por teléfono con Trump: “Oregon es nuestro hogar, no un objetivo militar”. Por su parte, el fiscal general Dan Rayfield anunció que presentará una demanda federal, alegando que el presidente está excediendo su autoridad y utilizando la seguridad pública como excusa para mostrar “músculo político”.
El memorando compara la medida con el envío de tropas a Los Ángeles en junio pasado, aunque a menor escala. Trump, sin embargo, fue más allá en redes sociales, asegurando que autorizó el uso de “toda la fuerza, si es necesario” para proteger Portland y las instalaciones de ICE, a las que describió como bajo ataque de “Antifa y otros terroristas nacionales”.
Este nuevo choque reaviva la tensión entre la Casa Blanca y los estados demócratas, donde las autoridades locales denuncian un intento de militarización y los críticos advierten sobre una peligrosa escalada política en plena crisis nacional.
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