En una cumbre auspiciada por Qatar, Estados Unidos y la Unión Africana, el gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) y el grupo armado M23 firmaron una declaración de principios con el fin de detener el conflicto que ha desplazado a más de 800,000 personas en los últimos años.
El acuerdo incluye el compromiso de:
- Cese al fuego inmediato.
- Liberación de prisioneros.
- Restablecimiento de servicios públicos en regiones ocupadas.
- Reintegración de combatientes a la vida civil, bajo supervisión internacional.
- Inicio de negociaciones para un tratado de paz definitivo antes del 18 de agosto.
El M23 ha sido vinculado a intereses geopolíticos de Rwanda, lo que ha tensado aún más las relaciones regionales. Observadores internacionales califican la firma como “el paso más concreto en más de una década”, pero alertan sobre riesgos de incumplimiento si no hay supervisión efectiva.
La ONU también reporta que otras milicias como las ADF, vinculadas al Estado Islámico, siguen activas en el este del país. En paralelo, la RDC solicitó una ampliación del mandato de los cascos azules de la MONUSCO.